jueves, 19 de octubre de 2023

Vendetta

Hoy te vi en el Facebook Henry Ulffe, y eso me trajo recuerdos, como el Heno de Pravia.


Cuando tenía entre once o doce años mi mamá y yo nos fuimos  a vivir con mi hermana madre Ada y su esposo Willy. Por el lado de Willy vino a vivir a la misma casa, su sobrino Henry Ulffe desde las Talaras, Piura. Tendría entre quince o dieciséis años. Venía para la academia. Si no me equivoco pasamos un par de veranos cruzándonos por la casa y estableciendo lazos de joven chancón con adolescente difícil de procesar, pero no porque yo sea oscura o engreída, sino que era chinchosa.


Henry le decía “cintas” a los cassettes (objeto que sólo algunos que vamos camino a convertirnos en dinosaurios entendemos).  Y así como aprendí una palabra nueva de él, también me enseñó a jugar ajedrez.


Henry jugaba muy bien el ajedrez, o al menos eso pensé porque el único juego de mesa que conocía era el monopolio. Era imposible ganarle. Me obsesionaba hacerle el bendito jaque mate que él, entre mofas impedía con su destreza.  Así que durante todo un verano, lo obligaba a jugar conmigo, varias veces y siempre me dejaba con el rey volteado en el tablero.


Un día, siendo las seis de la tarde, estábamos en una partida larga. Reinaban el silencio, los pensamientos y las posibles estrategias enemigas en las cabezas. ¡Era cierto! !Le iba a ganar! Sólo necesitaba que Henry haga una movida, con un peón y lo que seguía era el tan anhelado jaque mate de verano. Con eso cerraba el ciclo de burlillas que me llovían cada vez que ganaba el chico de las cintas.  

Entonces Henry levantó su mano, la puso sobre el peón que me abriría paso a la victoria. Movió el peón, lo puso en el lugar de su derrota. Me contuve y con paciencia toque mi ficha. La levanté y se fue la luz.


¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!¡Que nadie se mueva! Prendimos una vela, hice mi movida, hice el jaque mate y desde ese momento hasta la última vez que lo vi, Henry jura y perjura que yo moví las fichas cuando el fue a traer la vela.


¡Esto lo sabremos ante el Juez Supremo Henry Ulffe!. Porque ese día te gané. El Señor y yo lo sabemos, vas a ver.


No volví a jugar ajedrez.


Dios es bueno y justo juez Henry Ulffe, verás.


Clb

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Wow Ajedrez.! Creo que solo aspiro a tener el de Star Wars para coleccionando 😎

Anónimo dijo...

Una historia de película! Tú ganaste. No hay duda.

Anónimo dijo...

Asu, si que me trasladarse hacia aquellos años maravillosos con coches bomba y todo. Aunque sigo creyendo que hubo trampa 😎😎😎. Gracias Caty por tu historia, la disfruté mucho....... Habla cuando una partida de ajedrez?

Anónimo dijo...

Desde ese día no volví a jugar ajedrez, pero si quieres jugamos taekwondo 🥋 😈