martes, 17 de marzo de 2015

Dormir, sueño, siesta


Esta es la cara de una mujer de cuarenta años que fue a hacer ejercicios en la mañana y que siendo casi las cinco de la tarde no se ha bañado, ni ha cocinado, sino que ha dormido y encima está de mal humor...¿algún problema con eso?
 
¿Dónde estabas tú que te horrorizas y me juzgas, me pregunto, cuando yo daba de lactar a eso de las tres de la mañana y encima tenía que levantarme a hacer loncheras y preparar desayunos con solo una o dos horas de sueño?

¿Dónde estabas tú cuando el sueño me invadía pero no podía pestañear porque sino algún pequeño se caía, o electrocutaba o quien sabe qué otra cosa?

O cuando había que ir al parque con los ojos llorosos de sueño y un cansancio que hacía  pesado cada brazo y las piernas que parecían tener grilletes. Y cuando llegabas parecía que el pasto te gritaba ¡Estoy fresquito y suavecito, échate un ratito!  Acompañado de una brisa de la tarde perfecta para sumergirse en la inconsciencia, pero que si cedía alguien podía ser atropellado, o robado por el loco, o mordido por el perro o cualquier otra cosa que invite a cachetear de un sobresalto esa deuda de sueño alojada en mis párpados y cada músculo de mi ser.

Ni hablar del resentimiento de mi cama, que todo el día sabía  que no era una prioridad. Me veía pasar de aquí para allá, con una escoba, un trapo, ropa sucia, con un delantal o con un bebé.  Mis cortas  visitas durante el día eran para cambiar algún pañal, para doblar la ropa limpia o para sentarme a ponerme bien los zapatos. Años de indiferencia y abandono, sólo en las noches nos veíamos y creo que ni siquiera había terminado de acostarme cuando ya estaba en brazos de Morfeo, quien en breve siempre utilizaba la ansiedad para echarme de la comodidad de su reino con cosas pendientes que se filtraban en mis sueños haciendo que muchas veces espere despierta hasta el amanecer para terminar lo que sea que no termine el día anterior.

Pero pasan los años, tal vez dos décadas y todo empieza a cambiar. Las metas personales son el nuevo impulso para despertarse cada día. Hay algo de sabiduría y experiencia salpicadas aquí y allá. El tiempo es apreciado y la capacidad para levantarse temprano y disfrutar un día productivo se vuelve todo un deleite. 

Y también hay días como hoy, llenos de planes y metas, en los que el cuerpo se opone a todo y solo quiere su cama. Viendo entonces que no recibo aplausos por sacrificar una siesta, ni que por eso será el Apocalipsis mañana, decido hacer un abandono de obligaciones. Ni baño, ni cambio de ropa, ni peinado, ni ropa limpia ¡nada! Mejor si no es sábado porque se disfruta más. Duermo, duermo y duermo más. Y me levanto con el mal humor acumulado de todos esos años lista para ladrar si es que alguien osara cuestionarme. 

Pienso en todos aquellos y aquellas que están trabajando arduamente en este preciso instante.  Esta siesta va en su honor. Sobretodo para las nuevas mamás. ¡Salud! Ya les llegará su día, espero que no dejen para dentro de diez años lo que pueden dormir hoy.

Clb 





domingo, 8 de marzo de 2015

SUPER PODERES



Sigo ignorando la fuente de estos súper poderes  que las mujeres tenemos. Más allá del parto y las mil obligaciones diseñadas para brazos de pulpo y cerebro  superdotado que nos exigen las labores domésticas podemos apreciarlos en situaciones a continuación citadas:

Súper  poderes para llevar una faja puesta durante todo el día, y en algunos casos a lo largo de toda la noche,
Súper  poderes para empezar la dieta.
Súper poderes para reconocer que necesitas hacer dieta mientras ves que tu pantalón no sube mas allá de tu rodilla .
Súper poderes para no contar ese secreto.
Súper poderes para seguir siendo amiga de esa amiga que le cae mal a todos.
Súper poderes para ver en esa amiga lo que los otros no ven.
Súper poderes para no matar al esposo o novio de tu amiga cuando ella te cuenta las injusticias del universo que vive cada día con el.
Súper poderes para esperar el bus de pie durante el día más terrible de la menstruacion.
Súper poderes para no matar a la humanidad en esos días.
Súper poderes para no dejarlo todo: divorciarte, dar en adopción a los niños, quemar la casa durante esos días.
Súper poderes caminar en tacones.
Súper poderes para bailar en tacones
Súper poderes para no cortarte los pies después de usar esos tacones.
Súper poderes para no botar esos tacones.
Súper poderes para no quedar inconsciente o ceder a la locura con el amoniaco de los tintes en la cabeza.
Súper poderes para no morirte de risa cuando se hacen la pedicura.
Súper poderes cuando te despellejan las manos y los pies.
Súper poderes para depilarte las cejas, axilas, piernas, bigotes y demás.
Súper poderes para volver a que te depilen después de un mes.
Súper poderes para que tus hijos se vayan de casa y sigas con tu vida
Súper poderes para creer que tu mascota no es humano y que podría reemplazar a cualquiera que te hace daño.
Súper poderes para mirarte al espejo después de varios años y seguir viendo a la chica de siempre.
Súper poderes para botar tus cachivaches.
Súper poderes para defender tus cachivaches.
Súper poderes para correr al mar cuando vas a la playa para que nadie te vea en ropa de baño.
Súper poderes para subirte a la balanza.
Súper poderes para oír malas noticias.
Súper poderes para aumentarle la tragedia a las malas noticias.
Súper poderes para para creer que la siguiente será una buena noticia.
Súper poderes para consolarte comprando una carterita o zapatito por la mala noticia.
Supe  poderes para aguantar las ganas de orinar y no perderse la conversación.
Súper poderes para dormir hasta tarde sin cargo de conciencia.
Súper poderes para ordenar tu clóset y tus cajones.
Súper para dejar ir tus fieles zapatos viejos.
Súper poderes para creer que encontraras un billetito extra en la billetera vacía.
Súper poderes para buscar debajo de la cama.
Súper poderes para agacharte para buscar debajo de la cama.
Súper poderes para contestar la pregunta más profunda y existencial del universo: ¿qué cocino?
Súper poderes para contestar esa pregunta y evitar cocinarlo para ti solita.
Súper poderes para estar segura que solo tu cocinas más rico que nadie pero lo mantienes en secreto por bien de la humanidad.
Súper poderes para creer en loprofundo que eres igual que la protagonista de tu película, serie o novela favorita.
Súper poderes para no pensar en cambiar a tu galán por Brad Pitt.
... Súper poderes para seguir llenando esta lista...


Sigue siendo misteriosa la fuente de donde vienen estos súper poderes. Hay que aprovecharlos y usarlos para el bien como siempre.
Un abrazo mis Amadas, pequeñas y grandes, de todos los tamaños y colores. Feliz día Internacional de la mujer.

Clb