martes, 22 de noviembre de 2011

Travesuras de despedida

He visto en el facebook y también por una llamada de mi hermana, que hoy 22 de noviembre, andamos meláncolicos. Mi mamá estaría cumpliendo 78 años.
A veces me da un poco de no sé qué cuando veo señores de esa edad. Siento entre envidia y tristeza. Me preguntó siempre ¿qué necesitó a mi mamá para poder llegar a esa edad?
Me uno a los que ya perdieron a sus padres y ya se han dado cuenta que la vida no es igual. Por allí alguien dice que el luto pasa y que hay que seguir para adelante, y es cierto. Pero la verdad también es que, está es una tristeza meláncolica que será parte de ti por el resto de tu vida.
Es mejor irse acomodando y acostumbrando a ese sentimiento de pérdida que te da una nueva identidad. Eres lo que eres gracias a alguien que ya no está.
El otro día, ordenando las cosas, seguía con el proceso de despedida. Todas las boletas de pago que mi mamá guardaba, desconfiando de no sé qué, ya estaban ocupando espacio. Así que tuve que despedirme de ellas y dejarlas ir. Eso de ver los montos, los descuentos, el sueldo neto, me hicieron recordar que mi mamá se sacó dos prestamazos meses antes de morir. ¡Con razón se había desaparecido! Y cuando aparecía andaba regalona.
Después de una vida llena de ajustes por cuatro bocas que alimentar, distancias largas que recorrer, el dar a otros siempre, me lleno de alegría de saber que mi mami fue responsablemente irresponsable antes de irse. Cuando ya eres viejito, todo te lo dan con seguro de desgravamen. Seducen a los jubilados con préstamos a pagar en largos años, incluyendo este seguro. Casi todos caen como moscas. Lo usan para viajar o para ayudar a algún hijo en aprietos, o para mandarse a hacer sus lentes o sus muelas...
¿Qué hizo mi mamá con ese dinero? ¡Quién sabe! Sólo sé que me llena de alegría el que ni aún lo haya compartido con nosotros. ¡Está bien! En algún momento tenía que pensar en sólo ella...
Cuando falleció mi mami, el seguro lo cubrió todo. Con mi hermana nos enteramos del monto de esos préstamos y nos dio mucha risa. Bueno, primero bronca, como todo hijo cuando su mamá come algo rico solo. Pero después dijimos, ¡ESTÁ BIEN!
No sé si los que están en el cielo siguen celebrando su cumple, porque en la eternidad las cosas son un poco diferentes. Pero gracias a Dios por el 22 de noviembre de 1933, el día en que Dios trajo al mundo a nuestra mamá.
A kiss for Esthercilla

Clb