Vamos a cumplir 12 años como iglesia, pero llevamos 27 años aproximadamente sirviendo al Señor en el ministerio y desde nuestra juventud, desde antes de los 20 andábamos metidos en todo lo que podíamos en la iglesia. No éramos los iconos de la santidad, pero ahí estábamos.
Pero llega el momento, en que maduras y quieres ver el fruto de tu trabajo. Como cualquier persona, sea empresario, deportista, profesional, nadie aspira a bajos niveles, sino que se inspira en los que han llegado muy lejos en su área de vocación.
Ayer pude escuchar el desgano y frustración de Pedro cuando el Señor Jesús le pidió que vuelva a subir a la barca para pescar. Pedro le dijo que habían estado pescando toda la noche y no habían conseguido nada. ¿Toda una noche Pedro? ¿Qué tal toda una vida?
Cuando Jesús le dio esa orden, él ya había estado enseñando dentro de esa barca. La barca fue exclusivamente para Jesús mientras hablaba. Luego se bajó de la barca, y le pidió que ahora sí, en una hora que no es de pesca, con las redes recién lavadas, fueran a pescar. Y pescaron tanto que necesitaron ayuda y las redes se rompieron.
Me anima saber que es cuando uno está frustrado que recién Jesús puede sentarse en nuestra barca. Y solo él puede decirte cuando es el momento para volver a intentarlo. ¡Eso percibo en mi espíritu ahora! Una barca, un nuevo pastor, una nueva iglesia…
¡Gracias Jesús por la frustración! ¡Gracias por sentarte con tu bendición en nuestra barca para llevarnos hasta donde la pesca haga que se rompan las redes! Estamos listos, a la orden de tu voz, pero contigo en la barca siempre, nunca más inspirados en modelos de barcas humanoides terribloides occidentaloides tendencioides redes socialoides podcastoides megaiglesoides famosoides. Solo tu Jesús.
Clb